“Macdonalización” de la educación
Julio Mosquera
Artículos de Opinión | Julio Mosquera | 06-08-2010 |
La expresión que sirve de título a este artículo es usada por algunos analistas para referirse al proceso de privatización de la educación universitaria en marcha en la mayoría de los países, incluyendo muchos de Nuestra América. Este proceso es también descrito como un esfuerzo de integración de la educación universitaria al mundo del mercado. Hay que aclarar que en nuestro país ese proceso es complejo y ha sido muy poco estudiado. Digo esto porque al lado de las misiones educativas se ha mantenido, y tal vez ha crecido, la oferta de servicios educativos privados en particular en educación universitaria en ciudades pequeñas en nuestro país. Hace falta estudiar este fenómeno. Volvamos al tema central de este artículo, el proceso de privatización de la educación universitaria.
Pero, ¿qué es eso de “Macdonalización” de la educación? John Daniel, el Director General Adjunto de Educación de la UNESCO, resalta tres puntos que caracterizan este fenómeno: “en primer lugar según él, a pesar de su ubicuidad, lo que esta cadena gastronómica brinda [se refiere a MacDonald’s], es una proporción mínima de lo que la gente consume; en segundo lugar, vende porque a la gente le gusta la comida que sirve; y por último, la clave de su éxito está en que ofrece un menú limitado de platillos disponibles en locales idénticos y con el mismo sabor y calidad en todas partes del mundo” (Fuente: http://www.choike.org/nuevo/informe...).
Afirma Daniel que “La UNESCO no está ni a favor ni en contra de la globalización”. Léase, la UNESCO favorece la privatización. No es posible mantenerse neutro ante tal disyuntiva.
El meollo del asunto es la conversión de la educación en una mercancía (o commodity). Para algunos analistas éste proceso es inexorable. Muestra del avance en ese proceso es que la firma estadounidense Merrill Lynch, especializada en inversiones bancarias, ha incluido a la educación universitaria entre sus objetos de estudios económicos y financieros. Las dos firmas más grandes en los Estados Unidos dedicadas a la comercialización de la educación universitaria, Apollo y Sylvan Learning, ya se cotizan en Wall Street. También, el capital ejerce presión desde los organismos internacionales. No es casual que el Acuerdo General de Servicios Comerciales (GATS) haya incluido a la educación entre los servicios que considera deben ser privatizados. Para darse una idea de la magnitud de este nuevo negocio, consideremos que hace una década “los alumnos extranjeros que estudiaron en universidades [europeas] pagaron un monto superior a los 30 mil millones de dólares por concepto de matrícula. La masiva diseminación de la enseñanza superior significa que a futuro será posible concretar ganancias incluso mayores” (Fuente: http://unesdoc.unesco.org/images/00...).
En nuestro país ese proceso privatizador fue detenido por la Revolución Bolivariana. Servimos de ejemplo al mundo en esta materia. Sin embargo, falta mucho por hacer y no hemos encontrado una solución sustentable al asunto del financiamiento de la educación universitaria. Por ejemplo, este mes los trabajadores universitarios no cobrarán sus sueldos completos, se les pagará sólo el 70% del mismo, porque no se ha tramitado un crédito adicional que permitiría cubrir éste y otros compromisos. Si bien la privatización no es el camino a seguir en materia de políticas de educación universitaria, nosotros si nos oponemos abiertamente a la “Macdonalización” de la educación y no creemos que sea inevitable. También es cierto que hay que resolver el problema del financiamiento del sector universitario.
http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article17350
El meollo del asunto es la conversión de la educación en una mercancía (o commodity). Para algunos analistas éste proceso es inexorable. Muestra del avance en ese proceso es que la firma estadounidense Merrill Lynch, especializada en inversiones bancarias, ha incluido a la educación universitaria entre sus objetos de estudios económicos y financieros. Las dos firmas más grandes en los Estados Unidos dedicadas a la comercialización de la educación universitaria, Apollo y Sylvan Learning, ya se cotizan en Wall Street. También, el capital ejerce presión desde los organismos internacionales. No es casual que el Acuerdo General de Servicios Comerciales (GATS) haya incluido a la educación entre los servicios que considera deben ser privatizados. Para darse una idea de la magnitud de este nuevo negocio, consideremos que hace una década “los alumnos extranjeros que estudiaron en universidades [europeas] pagaron un monto superior a los 30 mil millones de dólares por concepto de matrícula. La masiva diseminación de la enseñanza superior significa que a futuro será posible concretar ganancias incluso mayores” (Fuente: http://unesdoc.unesco.org/images/00...).
En nuestro país ese proceso privatizador fue detenido por la Revolución Bolivariana. Servimos de ejemplo al mundo en esta materia. Sin embargo, falta mucho por hacer y no hemos encontrado una solución sustentable al asunto del financiamiento de la educación universitaria. Por ejemplo, este mes los trabajadores universitarios no cobrarán sus sueldos completos, se les pagará sólo el 70% del mismo, porque no se ha tramitado un crédito adicional que permitiría cubrir éste y otros compromisos. Si bien la privatización no es el camino a seguir en materia de políticas de educación universitaria, nosotros si nos oponemos abiertamente a la “Macdonalización” de la educación y no creemos que sea inevitable. También es cierto que hay que resolver el problema del financiamiento del sector universitario.
http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article17350
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