Portada de antigua versión de Revista Libre Pensamiento

jueves, 29 de octubre de 2009

Esencia de la Reforma Agraria Somocista


El campesinado en un régimen de fuerza 
Esencia de la Reforma Agraria Somocista*
Manuel Moncada Fonseca

“De nada servía que el Estado proclamara la función social de la propiedad en el ámbito institucional y legal, cuando el mayor peso en ello lo tenían, justamente, los grandes propietarios, de los cuales los Somoza eran parte esencial."

1. El sueño de una “revolución pacífica”


Deseando mantenerse indefinidamente en el poder, la dictadura somocista se valía, primordialmente, del terror que impuso siempre a la nación nicaragüense a través de la Guardia Nacional; aunque, en lo formal, los derechos humanos constaron, al decir de Pedro Joaquín Chamorro, "en amplios y bien hilvanados capítulos" de las constituciones que promulgaron sus máximos exponentes (1).

Significa que también lo hizo, en grado considerable, recurriendo a la demagogia. Para ello, sostenidamente, ofertaba soluciones a los más sensibles problemas que afectaban a la población del país, sin que hubiera sector social al que dejara de hacerle hermosas promesas. En correspondencia con esta línea, el diario oficialista La Estrella de Nicaragua, proclamaba al viejo Somoza el primer patriota de Nicaragua; y lo ligaba estrechamente, entre otras cosas, con la justicia social y con la defensa entusiasta de "la causa de las clases populares". 

En verdad, la demagogia del régimen no conoció límites.

En 1951, por ejemplo, su fundador, como en ocasiones anteriores, anunció con pompas y platillos su disposición a renunciar a la Presidencia de la República, en este caso, con tal que se hiciera realidad el ideal morazánico de "la inmediata y efectiva unión de Centroamérica" (2). Pero, Pedro Joaquín Chamorro, tras señalar que los nicaragüenses por 17 años habían escuchado al viejo Somoza haciendo esa promesa, reveló el trasfondo del asunto: 

"Cuando la cosa se pone fea, se abren los brazos, y se hacen promesas amplísimas que superan las peticiones más exageradas" (3).

La supuesta realización de una Reforma Agraria fue una de las tantas promesas demagógicas del somocismo. Precisamente a la dilucidación de su esencia dedicaremos este estudio, que iniciaremos con la presentación del sueño de "una revolución pacífica" del presidente René Schick Gutiérrez (1963-1966), marioneta de los hermanos Luis y Anastasio Somoza Debayle. (4)

Las contradicciones que generaba el régimen somocista (1934-1979), eran percibidas claramente por sus personeros. Ello les preocupaba porque encerraba el potencial necesario para una explosión social. En este marco, se promovió la Reforma Agraria señalada, orientada a impedir que dicha posibilidad se realizara. En 1965, René Schick (5), en su calidad de Presidente de Nicaragua, al hablar de la Reforma Agraria que su gobierno estaba impulsando, expresó: 

"Dentro del trascendental momento que vive Nicaragua -de Revolución pacífica y de trabajo creador- la Reforma Agraria surge como el más valioso instrumento de nuestro desarrollo económico y social." 

De estas declaraciones, lo primero que hay que resaltar es la pretensión de una "Revolución pacífica". En ésta se encerraba el objetivo que el somocismo se trazaba con su Reforma Agraria; a saber, la de hacer -en el marco de la "Alianza para el Progreso" - cambios cosméticos en las estructuras del país, para impedir una "revolución violenta". No es, pues, nada fortuito que, ante semejante propósito, Schick definiera esa reforma "como el más valioso instrumento de nuestro desarrollo económico y social." En este sentido, planteaba que era "…obligación de todo gobierno responsable conceder atención primordial a los problemas relacionados con el agro." En síntesis, le preocupaba que el acrecentamiento de las demandas y disputas relativas a la tierra, hubiera creado "…una situación crítica de carácter explosivo".

A renglón seguido, decía que el auge económico que Nicaragua había tenido en los últimos años y la consiguiente expansión de la agricultura y la ganadería, habían agravado el problema, "con el desplazamiento de masas campesinas que se mueven al ritmo de las cosechas fincándose desordenadamente en la región del Pacifico".

A lo anterior, añadía el problema de la reivindicación de las tierras estatales, municipales y comunales. Y todo este conjunto de cosas, concluía, hace comprender "cuán necesaria y urgente viene a ser la revisión sustancial de nuestro sistema agrario". Planteado esto, calificaba la Ley de Reforma Agraria de Luis Somoza, del 3 de abril de 1963, de "sabia" y "prudente." Y más adelante, expresaba su fe "en la sensibilidad social de los latifundistas y en la cordura de los campesinos y sus dirigentes" para lograr la solución pacifica de los problemas agrarios del país.

La fe en los latifundistas era sintomática porque dejaba en sus manos, y de su pretendida buena voluntad, la solución del problema agrario. Quiere decir que la aplicación de la ley se hacía depender de la voluntad de los que, justamente, eran los mayores causantes de la problemática en cuestión. Y con la fe en la cordura de los campesinos y sus dirigentes, estaba de frente sólo el propósito de impedir que ellos se encargaran, por su propia cuenta, de hacer la Reforma Agraria afectando a los latifundios (6).

2. Una reveladora cita de John F. Kennedy


Rodolfo Mejía Ubilla, Presidente Director del Instituto Agrario de Nicaragua (IAN), al exponer lo relativo al problema de la Reforma Agraria, partía de esta reveladora cita de John F. Kennedy: "Si una sociedad libre no puede ayudar a los muchos que son pobres, no puede salvar a los pocos que son ricos". ¿Por quién doblaban entonces las campanas? ¿Por los ricos? ¿Por los pobres? ¿Por ambos? Considerando la naturaleza elitista de la sociedad nicaragüense, es obvio que se trataba de salvar "a los pocos que son ricos. "

El asunto era cómo hacerlo. No hay ricos sin pobres. No se puede salvar a los primeros, sin mantener a los segundos lejos de la tentación de rebelarse contra sus opresores. Así ocurrió en la colonia: la preocupación por el indio sólo era parte de la preocupación por el bienestar del conquistador y sus herederos. No se trataba de salvarlo para que viviera en paz, sino como generador permanente de riquezas en provecho del dominio colonial (7).

Para Mejía Ubilla, la mayor y mejor preparación del campesinado, debía efectuarse "mediante una orientación sana y patriótica" a su espíritu, lo que debía "ser una preocupación nacional", porque si se dejaba que lo desorientaran y confundieran los predicadores del "odio, la destrucción de otros sectores, la subversión y el desorden" se harían sentir "los efectos de una negligencia que sería imperdonable". Pero ¿qué podía ser peor que la marginación y la miseria en que vivía el campesinado, o que la subversión y el desorden? ¿Qué efectos de una negligencia podían ser imperdonables? La respuesta es una: la justa distribución de la riqueza social, particularmente, de la tierra. Sólo esto podía catalogarse como "efecto" de una "negligencia imperdonable". Pero ¿de qué negligencia hablaba Mejía Ubilla?

A su parecer, en Nicaragua estaba establecida la costumbre de descargar sobre el Estado la responsabilidad de mejorar la suerte de "los sectores de bajos recursos", sin que, para ello, los pudientes se sintieran, por lo común, "obligados a contribuir con algo" que fuera "más allá de los impuestos". Peor aún, en algunos casos, aparte de negarse a la contribución esperada, daban mal trato a los campesinos, aumentando así el desconcierto que a mayor escala, a través de propaganda adversa, se había desarrollado a raíz de que el Instituto Agrario iniciara sus labores.

Mas, los funcionarios del Estado a los que se refería Mejía Ubilla, no podían, del todo, estar en función de brindar sus servicios a toda la sociedad, sino a los ricos. Y si se quería cambiar de raíz la situación del campesinado, había que llevar las cosas mucho mas allá de un regaño a los ricos, reales dueños del Estado. Pero en ese marco no existía nada, excepto esperar que el diálogo se hiciera "con sentido patriótico", en un plano donde los intereses nacionales estuvieran, pretendidamente, "por encima de las pasiones e intereses particulares", enfocando "los problemas desde un ángulo desapasionado e imparcial".

Conozcamos la forma en que Mejía Ubilla concebía la solución de la problemática en cuestión. He aquí sus principales planteamientos:

1) Mantener la tierra como medio de producción, pero eliminando la posibilidad de utilizarla como medio de explotación del hombre por el hombre.

2) Conjugar la conservación del régimen de propiedad privada sobre la tierra con la conversión de su función en una función social, para beneficiar no sólo a su dueño sino también a la comunidad.

3) La escasez de tierra se liga no sólo al crecimiento de la población del mundo y de los individuos que carecen de ella, sino también a que los poseedores de grandes recursos que, aumentando continuamente sus extensiones, hacen crecer el número de desposeídos.

4) Producto de lo anterior, existe una considerable y creciente presión de la masa campesina, que despierta y toma conciencia de sus carencias y padecimientos.

5) La preocupación por la suerte de la masa campesina es resultado de la “situación de desajuste social y de desequilibrio económico", por ello, siendo esto un problema que demanda "atención urgente", el Estado debe solucionarlo de conformidad con la Constitución, que sólo prevé colocar límites o restricciones a la propiedad.

6) La gran limitante para hacer que la propiedad juegue una función social es el rechazo que muestran hacia ello "muchos propietarios de nuevas extensiones de tierra".

Dado el carácter burgués-terrateniente del Estado somocista, era más que dudoso que la tierra se convirtiera en un simple medio de producción, en el que se excluyera la explotación despiadada de la fuerza de trabajo. Y como reconocía Mejía Ubilla, no fue otra cosa que el despertar de la masa campesina ante las grandes injusticias sociales, lo que, en verdad, empujaba a los gobernantes a realizar promesas de cambio. Mas, subsistiendo el carácter oligárquico del poder, los cambios anunciados no podían ser sino simples promesas, porque la clase en el poder no podía actuar en contra de sí misma.

Así las cosas, de poco o de nada servía que el Estado proclamara la función social de la propiedad en el ámbito institucional y legal, toda vez que el mayor peso en él lo tenían, justamente, los grandes propietarios, de los cuales los Somoza eran parte esencial.

Mejía Ubilla decía al respecto: “No podemos evitar, desde luego, que en el país existan diferencias entre las situaciones de las distintas familias, aun cuando pertenezcan a la misma categoría social, porque hay varios factores que influyen en la determinación de esas diferencias, tales como la dedicación al trabajo (?), el mayor grado de asimilación de nuevas técnicas y la iniciativa personal" (8).

3. El potencial explosivo de la masa campesina


Pedro Joaquín Chamorro anotaba que, al final de su vida, el fundador de la dinastía somocista dominaba, prácticamente, toda actividad mercantil sobre el territorio nicaragüense (9). Su familia llegó a poseer el veinte por ciento de las mejores tierras del país (10).

Con ello, quedaba al descubierto la demagogia somocista, por ejemplo, en relación con la Reforma Agraria y con la supuesta pretensión de conferirle a la propiedad privada una función social.

Preciso es, sin embargo, volver a los planteamientos de Mejía Ubilla. Su escrito, “La problemática de la Reforma Agraria”, era una evidencia de que los propósitos perseguidos no guardaban relación alguna con un auténtico interés por la suerte campesina, sino por lo que pudiera pasar en Nicaragua de no adoptarse medidas que, de algún modo, mejoraran la situación del campesinado. De lo contrario, todo el ilimitado capital somocista podía derrumbarse, producto de que el despertar de esta clase social se podía traducir en acción desatada. Consciente de ello, escribía: 

"Lo mejor sería actuar antes, porque las medidas preventivas eliminarán los estados de animosidad, recelos y dificultades que encuentran un ambiente adecuado en los momentos en que se desarrollan programas de Reforma Agraria para aliviar situaciones desesperadas". 

Se buscaba, entonces, mediante el alivio de estas situaciones, eliminar los estados de animosidad. La suerte campesina, fuera de esto, no importaba en lo más mínimo. Y la pregunta que el autor se formulaba "¿Necesita Nicaragua de una Reforma Agraria?", únicamente podía responderse partiendo de la necesidad elitista de evitar una conmoción social que destruyera el injusto régimen de propiedad existente.

¿Cuál situación real tenía la masa campesina que, repentinamente, comenzó a preocupar a los funcionarios del régimen de René Schick, como fachada civilista del somocismo?: Carecía de tierras. Sus miembros eran comúnmente analfabetos. Su salud precaria, se la trataban con curanderos o campesinos cuyas prácticas eran tradicionalmente aceptadas en el campo.

Habían sido tradicionalmente explotados de muy diversas maneras; sus sueldos eran muy bajos; su alimentación en las haciendas, mala; hacían pagos muy elevados por el alquiler de la tierra; había un bajo rendimiento de su producción; los préstamos se les otorgaban con intereses sumamente altos; las ventas anticipadas de sus cosechas se hacían a mitad del precio normal; el pago de su exiguo salario se hacía con mercancías sobrevaloradas en el cincuenta por ciento del precio corriente, etcétera.

Se estimaba que, en Nicaragua, había 50 mil familias representando a unas 400 mil personas que vivían en esa situación. Y que, a lo inmediato, había cuando menos "otras 50 mil familias de pequeños agricultores en su mayoría minifundistas", careciendo "de tierras suficientes para trabajar y llenar las necesidades más perentorias en sus hogares (...) En resumen (...) por cada persona del sector rural 80 viven en condiciones sumamente precarias (...) y sólo 10 personas tienen un razonable nivel de vida". Lo que preocupaba a Mejía Ubilla, como funcionario del IAN, era que, en un lapso de 25 años, el crecimiento poblacional se tradujera en la demanda de "mayores oportunidades de trabajo y mejores condiciones de vida en forma de alimentos, vivienda y educación." Y concluía: "... es de verdadera urgencia hacer producir toda la tierra disponible, debiendo el Estado tener toda la fuerza y todo el respaldo de la ciudadanía para tomar las medidas que considere conveniente para esta finalidad" (11).

Está visto, no obstante, que el Estado somocista no careció de fuerza sino de voluntad para cambiar las cosas, así fuera en un sentido reformista, quedándose en un plano tan estrictamente cosmético que, al asumir la presidencia del país Anastasio Somoza Debayle (1967), se hizo por completo a un margen. Mejía Ubilla estaba, como puede verse, más que claro de lo que ocurría en el campo; de las gravísimas carencias de la masa campesina y, sobre todo, de la peligrosidad que, para el sistema imperante, encerraba el potencial explosivo de esa masa que estaba despertando.


4. Un plano teóricamente diferente



Por su parte, Oscar R. Montes O., subdirector del IAN, aparentemente al menos, colocaba las cosas en un plano diferente, toda vez que, en vez de ver lo alarmante de la situación en el potencial explosivo del campesinado, lo ubicaba "en las condiciones sociales de la población rural en lo que se refiere a salud, alimentación, educación, vivienda." De ahí, según él, la urgencia "de dar atención especial a programas agropecuarios tendientes a mejorar los niveles de productividad del sector, sin lo cual este mismo limitaría el crecimiento de la economía en su conjunto". El planteamiento de Montes tenía, pues, un tinte progresista, así fuera en el sentido, a la postre reaccionario, de las palabras de John F. Kennedy: la defensa de los pobres en función del bienestar permanente de los ricos.

Montes proporcionaba datos claros sobre la situación de la tenencia de la tierra en el país. En 1963, de 101.941 explotaciones censadas en toda Nicaragua, 63.8% de ellas utilizaban sólo el 6.8% del total de superficie censada. Las explotaciones menores de 20 manzanas, constituían el 35.5 % del total, pero apenas comprendían el 1.6% de la superficie. Por el contrario, las grandes explotaciones, que conformaban únicamente el 1.4% del total, controlaban el 40% de la superficie. 

Las explotaciones mayores de mil quinientas manzanas (el 0.16 % del total) abarcaban el 18.9% de a superficie. Tras proporcionar esos y otros datos, Montes comentaba que la situación descrita desfavorecía el mejoramiento del "rendimiento de la tierra" y de "la productividad per capita", con lo que se perpetuaba "el estancamiento económico social de un alto porcentaje de la población". Por consiguiente, hacía falta "una Reforma Agraria integral" que tendiera "a mejorar la estructura (...) de la producción agropecuaria", con lo que era "posible alcanzar más altos niveles de productividad" que habrían permitido "elevar sustancialmente los ingresos, de los operadores agrícolas y mejorar la distribución del ingreso" (12).

Queda así claro que Montes ponía el énfasis, no en la explosión campesina, sino en la urgencia de destrabar el desarrollo económico y social de Nicaragua. El que relacionara la Reforma Agraria con la “Alianza para el Progreso", no cambiaba la raíz de las cosas, porque, aunque esta alianza estuviera destinada a impedir el estallido de revoluciones como la cubana en el resto del continente americano (13), en todo caso, estaba planteada la contradicción entre los sectores sociales que querían limitar los latifundios, y la clase de los grandes terratenientes, que rechazaba la aplicación de medidas que restringieran la extensión de sus propiedades.

No obstante, aunque la posición de Montes se diferenciaba de la de Mejía Ubilla y de René Schick, en sentido general, el acento predominante de los funcionarios del IAN, como funcionarios del Estado somocista, se inclinaba más a favor de prevenir un estallido social, que al logro de un desarrollo económico y social más justo.

En este sentido, el doctor Ricardo Hidalgo, jefe del Departamento Jurídico del IAN, mantenía que la línea de esta institución había sido la de promover la "cooperación" entre los grandes propietarios y los campesinos, logrando así la solución "democrática y pacifica" de sus contradicciones (14).


5. Un terrateniente «filantrópico»


Los hermanos Luis Anastasio y Anastasio Somoza Debayle, hijos del fundador de la dictadura Anastasio Somoza García

Luis Somoza, al referirse al tema que Schick, Ubilla y Montes trataron, manifestó que su padre, en 1956, quiso que la Nación creciera ordenada y armónicamente, estableciendo "una Reforma Agraria" porque que, en todo el país, era visible "el problema social y económico que se estaba creando en el agro, ya para el año 1955, con la acelerada mecanización y extensión de cultivos en Nicaragua". En esta -decía- la estructura colonial estaba desapareciendo, en un momento en el cual el país había entrado "en un franco período de desarrollo agrícola, alentado por la mecanización y por el mejoramiento de la productividad de los dos cultivos básicos (...) el café y el algodón". La consecuencia de esto fue "un violento desplazamiento de los campesinos que tradicionalmente trabajan la tierra en los periodos de desempleo". Concluía del siguiente modo: "Ante mis ojos vi caer montañas y tumbarse grandes bosques y apartarse a mucha gente -colonos y aparceros y arrimados- por la fuerza del arado y la maquinaria".

Lejos, pues, de ubicarse como autor y actor de ese proceso que desplazaba masiva y violentamente al campesinado de la tierra, Luis Somoza Debayle se colocaba como un simple espectador, que imaginaba al arado y a la maquinaria actuando por su propia cuenta. Y anotando que la Ley de Reforma Agraria se había promulgado durante su administración presidencial, reconocía que, antes de que ello se efectuara, "salían de la tierra los problemas en Sutiaba, en Chinandega, en Jinotega, en Matagalpa y en todos los lugares". Y agregaba que, dada la notoriedad de la inquietud del campesinado "porque se le resolvieran sus problemas, procedimos con la Ley a realizar nuestros deseos en colonias improvisadas, logrando detener esa inquietud y anunciando a los trabajadores del campo la llegada de un nuevo día". 

Resaltan de estas palabras dos aspectos: en primer lugar, el reconocimiento de que los problemas de la tenencia de la tierra "salían de todos los lugares", constituían, consecuentemente, un problema nacional.

En segundo lugar, en correspondencia con lo anterior, nuevamente, se ponía sobre el tapete la admisión de que la Reforma Agraria promulgada había nacido de lo notoria que era la inquietud campesina para buscar solución a sus problemas de tierra. 

Luis Somoza se preguntaba si los terratenientes podrían: "resolver el problema del hombre ignorante de la noche a la mañana"; cambiarle al bancario su criterio de prestarle a un ciudadano solo cuando éste tuviera una garantía; hacer "una Reforma Agraria" cuando las mismas entidades estatales le habían "negado el crédito al Instituto Agrario" al que veían "como a un simple cliente sin tener el concepto radical" de lo que sus funcionarios estaban "tratando de hacer con una Reforma Agraria". (15) 

Así planteado el asunto, diera la impresión que los Somoza y, particularmente, Luis Somoza Debayle, no tenían nada que ver con el dominio del Estado. Partiendo de la demagogia que caracterizaba al régimen que ellos encabezaban ¿puede haber algo de insólito en que su fundador, quien fuera el primer terrateniente de Nicaragua, y cuyas propiedades sólo en el departamento de Managua ascendían a más de quinientas, hubiera "llevado su propaganda hasta el extremo de hacer creer a los humildes miembros de una comunidad indígena que él era el origen de su propiedad?" (16)

Después de quejarse de que la misma oficina de Planificación diera tan poca importancia a la Reforma Agraria, Luis Somoza, en nombre de los terratenientes (quienes, según el, generaban el 90 por ciento de los ingresos estatales), se preguntaba: "¿Que no saben las instituciones Gubernamentales que (...) la inquietud primordial de nosotros los terratenientes es que nuestros campesinos tengan una mejor situación? Los terratenientes queremos que el campesinado tenga un futuro halagüeño como el nuestro, que corra los mismos riesgos y que sea un buen vecino en vez de introducirse subrepticiamente a nuestras (?) propiedades y que en vez de atentar contra la propiedad privada, se convierta también en un terrateniente" (17).

6. Epílogo de la "Revolución Pacífica"

Día del triunfo de la Revolución Popular Sandinista 19 de julio de 1979

La Ley de Reforma Agraria promulgada en 1963, en esencia colocaba las cosas frente a la misma demagogia de los terratenientes que hablaban por boca de Luis Somoza. No en vano, este miembro de la dinastía fue quien la impuso. Y en consecuencia, tampoco fue fortuito que su artículo primero, sin ningún empacho, rezara:

"La presente Ley tiene por objeto la reforma social y económica del agro nicaragüense, a través de una modificación fundamental de la tenencia, de la tierra (...) tendiente a obtener (...) la elevación del nivel de vida de las masas campesinas, y su incorporación al proceso de transformación de la economía del país y al desarrollo integral de la Nación” (18).

La cada vez más cruda realidad impuesta a la mayoría de la población, demostró claramente que los terratenientes y capitalistas que vivieron bajo el total amparo y protección de la dictadura somocista no estuvieron jamás dispuestos a mejorar, para nada, la suerte del campesinado (19).

La promesa de Luis Somoza, de volver terratenientes a los campesinos, fue sólo parte del discurso demagógico que él compartió con su padre y con su hermano, en el afán de mantener bajo el engaño a los sectores populares del país. Ello fue no sólo demagógico sino también una utopía, a todas luces, reaccionaria. Baste como muestra la siguiente observación que hiciera la revista estadounidense Newsweek, en su ejemplar de enero de 1979: 

"Los cuerpos de la marina de EE.UU., 42 años atrás pusieron en el poder a la familia Somoza, y el actual dictador. Anastasio Somoza Debayle, ha sabido sacar buen provecho de ello, ha acumulado una fortuna personal estimada en 500 millones de dólares" (20).

Ese mismo dictador, en 1975, expresó, a su manera acostumbrada, el trasfondo ideológico del proyecto que su hermano, Luis Somoza, iniciara: "La Reforma Agraria que hemos venido realizando (...) sin derramamiento de sangre (?), sin exilados (?), y sin violentar el sagrado derecho de la propiedad privada (?), es fruto innegable de la democracia liberal que sirve de baluarte a Nicaragua contra lo cual se rompen las citas marxistas-leninistas que pretenden mandar el continente" (21). De nuevo, entonces, sobre el tapete aparecía el temor a una revolución social que liquidara la existencia del régimen tiránico. En la práctica, la "propiedad" campesina que la Reforma Agraria Somocista "proporcionara", como escribe Orlando Núñez, de lo que menos tuvo fue de propiedad, porque el «propietario» no podía "ni grabarla, ni venderla, ni heredarla, ni darla en arriendo o aparcería"; lo que el IAN les entregaba realmente no era otra cosa que la posesión de la parcela (22).

Como puede constatarse, la idea de una revolución, así fuera pacifica, jamás pasó por la cabeza de los gobernantes somocistas. Es más, ni siquiera concibieron la realización de reformas que, sin trastocar las bases del sistema imperante, pudieran conducir a la real reducción de las tensiones sociales del país. Es probable, no obstante, que algunos funcionarios del somocismo, siendo conscientes de las causas reales de la problemática interna del país, y preocupados por la preservación del orden social existente, propugnaran por limitar, con más o menos severidad, la extensión de los grandes latifundios. No obstante, dado el carácter burgués-terrateniente del poder estatal, en la contradicción existente entre los que apoyaban la idea de limitar los latifundios y los dueños del poder, forzosamente debía imponerse, como en efecto se impuso, la voluntad de los segundos.

En síntesis, el somocismo encerraba una gran contradicción entre los discursos y los hechos, entre lo que la ley establecía y lo que, en realidad, se practicaba (23). De que las cosas no estuvieron jamás planteadas en términos de cambiar la suerte de los campesinos, habló siempre la misma realidad, sobre todo cuando la permanente agudización de los conflictos sociales condujo al derrocamiento, por vía revolucionaria, de la dictadura somocista. Por algo, Carlos Fonseca decía que el somocismo no constituía un régimen de ley sino de fuerza y que, en esas circunstancias, no cabía contraponer la ley a la fuerza, ni el código a la bayoneta (24). Concebir las cosas de otro modo solo hubiera abonado a la perpetuación de esa dictadura. 

* Artículo inicialmente publicado en Universidad y Sociedad. Revista del Consejo Nacional de Universidades. Edición Nº 7. Octubre 2001. 

Notas:

1. Pedro Joaquín Chamorro Cardenal. Estirpe Sangrienta: Los Somoza. Ediciones el pez y la serpiente. Cuarta edici6n. 1978. p. 48.
2. La Estrella de Nicaragua.. Ediciones del 9, 10, 19 Y 23 de Octubre de 1951.
3. La Prensa. Viernes 19 de Octubre de 1951.
4. Pedro Joaquín Chamorro Cardenal. Ob. cit. p. 232.
5. René Schick resultó presidente de Nicaragua producto de una farsa electoral; antes fue amanuense de la tiranía; con su postulación "hasta cierto punto" se ocultó el nombre "Somoza," odiado por el pueblo. Fonseca, Carlos. Obras. Tomo 1. Bajo la Bandera del Sandinismo. Edit. Nueva Nicaragua. 1982. p.360. 
6. René Schick Gutiérrez,. El Gobierno y la Reforma Agraria. En: Revista Conservadora del Pensamiento Centroamericano. Vo\. 10, N°. 59. Agosto de 1965. pp. 20,28.
7. Severo Martínez Peláez. La Patria del Criollo. Educa. 1975. pp. 68-74.
8. Rodolfo Mejilla Ubilla. La problemática de la Reforma Agraria. En: Revista Conservadora. Ob. cit. pp. 30-32..
9. Pedro Joaquín Chamorro Cardenal. Ob. cit. pp. 201-202
10. Jaime Wheelock Roman. La Reforma Agraria Sandinista. Managua. Vanguardia. 1990. p. 35.
11. Rodolfo Mejilla Ubilla. En: Revista Conservadora. Ob. cit. pp. 33-35.
12. Oscar R Montes 0. "Desarrollo Económico y Reforma Agraria ". Ibíd. pp. 53-54.
13. Cuba sobrevivió "como base comunista desde la cual la Unión Soviética podía Amenazar a Estados Unidos y subvertir la seguridad de otras naciones en el hemisferio occidental." Spainer, John. Evolución de la Política Exterior Norteamericana a partir de la Segunda Guerra Mundial. Grupo Editor Latinoamericano. Colección Estudios Internacionales. 1991. p.125. Los mandatarios estadounidenses estaban tan claros de lo convulsa que, a inicios de los sesenta, resultaba la situación en América Latina, que el mismo Kennedy admitía: "Si para los pueblos de América Latina la única alternativa va a ser la escogencia entre la situación actual y el comunismo ellos inevitablemente escogerán el comunismo." La Casa Blanca calculaba que, en cuestión de seis meses, al menos 12 países de esta región podrían optar por la vía comunista. Antiasov, M.B. El Panamericanismo: ldeología y Política. Moscú, «Pensamiento» 1981. (Obra en ruso). pp. 86,90. Como muestra de los temores que la Revolución Cubana generaba en la oposición tradicional al régimen somocista y de reconocimiento de que las revoluciones no se exportan, veamos lo que expresó Luis Cardenal, notable líder de esa oposición al somocismo. En su artículo "La caída de un dictador," decía: “mientras no haya elecciones libres y honestas en Nicaragua (...) no podremos (...) vivir en verdadera paz y tranquilidad (...) ya que siempre habrá pueblo Nicaragüense que opine en la misma forma que el Glorioso pueblo Cubano. Se necesita por lo tanto, una verdadera conciliación nacional (. ..) para así no exponermos a una conquista de sangre como en el caso cubano..." La Prensa. Primero de enero de 1959. 
14. Ricardo Hidalgo Jaen. “El Problema Jurídico Agrario de Nicaragua”. En: Revista Conservadora. Ob. cit. p.61.
15. Luis Somoza D. Origen, Aplicación y Problemas de la Ley de Reforma Agraria. Ibid. pp. 73-74.
16. Pedro Joaquín Chamorro Cardenal. Ob. cit. p. 175.
17. Luis Somoza D.,. Ob. cit. p. 74.
18. Ley de Reforma Agraria. La Gaceta, diario oficial. Managua, D.N. Viernes 19 de abril de 1963, No. 85. p. 881.
19. Según testimonio de Gladis Báez, el propósito de apaciguar la lucha campesina, mediante la Reforma Agraria, se realizó sobre todo en Occidente. La situación en el Norte fue distinta, porque allí los sindicatos campesinos estaban más consolidados, sus dirigentes tenían claridad sobre la lucha por la tenencia de la tierra. En esta región del país, una trilogía era la dueña de los latifundios, la conformaban liberales, conservadores y antiguos comandantes de la Guardia Nacional. Gladis Báez Sobre la Reforma Agraria. En: Testimonios sobre la Reforma Agraria I. CIERA. Colección Testimonios. Managua, Nicaragua, 1981. pp. 1-2. Edgardo García por su parte señala: "…en la zona del café (...) del tabaco y un poco en caña de azúcar, la capacidad de subsistencia de los obreros que participaban ahí en la cosecha, era superior. Ahí el capitalismo no logró, ni quiso todavía quitar totalmente la tierra al campesinado, sino que lo mantenía así con pedacitos para que subsistiera y luego fuera a la cosecha. Pero en la zona algodonera, (...) por ser (...) por lo menos la tierra más rica del Pacífico y además por la tecnología utilizada, el desplazamiento, la expropiación por medio de las armas y de toda forma arbitraria fue salvaje. Ahí los millonarios arrasaron totalmente, los militares acapararon toda la tierra y sólo dejaron más bien campamentos entre hacienda y hacienda (...) el lugar donde se podían asentar y en esa zona algodonera el hombre del campo ni siquiera animales domésticos podía criar, porque la fumigación acabó con los peces de los ríos (...) el veneno envenenó los ríos, mató los peces (...) acabó con los pájaros, terminó con el ganado, con algunos animales, vacas que podía criar el campesino, arrasó con las gallinas, con los chanchos (...) con el perro que siempre ha sido el compañero del hogar de los trabajadores del campo". Edgardo García Aguilar: La Historia de la Asociación de los Trabajadores del Campo. Ibíd. pp. 85-86.
20. Tomado de: Ignatiev Oleg, Borovik, Guenrij. La Agonía de una Dictadura. Crônica Nicaragüense. Editorial Progreso, Moscú. 1978. p. 36.
21. Cita tornada de: Orlando Núñez Soto. El Somocismo y el modelo capitalista agroexportador. Publicación del CUUN, STRURD, AID, Dpto. de Ciencias Sociales de la UNAN. Sin fecha de edición. p. 79.
22. Ibíd. p. 80.
23. El divorcio entre hechos y promesas ha sido, al menos, un fenómeno latinoamericano. Eduardo Galeano escribe: "Desde que la Alianza para el Progreso proclamó a los cuatro vientos, la necesidad de la reforma agraria, la oligarquía y la tecnología no han cesado de elaborar proyectos. Decenas de proyectos, gordos, flacos, anchos, angostos, duermen en las estanterías de todos los países latinoamericanos." Galeano, Eduardo. Las Venas Abiertas de América Latina. Siglo XXI editores S.A. 2" edición, 1973. p.24. 
24. Carlos Fonseca. Ob. cit. p. 27.
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Imágenes tomadas de:

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CALLAHAN REMEMBER SANDINO



CALLAHAN REMEMBER SANDINO

viernes, 30 octubre, 2009 3:44 AM
De: "abraham gutierrez"
Para: vozdgigantegritandoadelante@yahoogroups.com, "nicaragua sandinista"

Los pésames que Obama no envió



Los pésames que Obama no envió
Por Amy Goodman


Publicado el 27 de octubre de 2009

El 19 de junio de 2009, Chancellor Keesling, un soldado de la reserva estadounidense, murió en Irak en lo que el Pentágono calificó de “incidente no relacionado con el combate”. La verdad es que Keesling se suicidó. Su nombre pasó a engrosar una larga lista de soldados que terminaron con su vida en lo que está resultando ser un año récord de suicidios en el ejército estadounidense.

En agosto de este año al hablar en Phoenix ante la Convención Nacional de la organización de Veteranos de Guerras en el Extranjero, el presidente Barack Obama dijo: “No debemos olvidar nunca que nuestros soldados son el recurso más preciado que tiene nuestro país, y así debemos tratarlos. Como comandante en jefe, tengo la responsabilidad solemne de velar por su seguridad. Y no hay nada que nos lleve más a una sobria reflexión que el acto de firmar una carta de pésame dirigida a la familia de un hombre o una mujer que ha dado la vida por su patria.” Pero Jannett y Gregg Keesling no recibirán una carta de pésame por la muerte de su hijo Chance. Obama no envía el pésame a los deudos de quienes toman sus propias vidas en el escenario de la guerra. [Ante la insistencia de los Keesling, se les informó que esta omisión no era involuntaria, sino que el gobierno estadounidense tiene una política de larga data de no enviar cartas de pésame presidencial a las familias de los soldados que se suicidan.]

Jannett me dijo: “A Chancellor lo reclutaron apenas terminó la secundaria, y para él alistarse en el ejército era algo en lo que creía profundamente. Yo quería que fuera a la universidad, pero él estaba seguro de su decisión de servir a su país. Tenía sólo 18 años cuando ingresó al ejército. Nos dejó en octubre para iniciar su entrenamiento básico y luego fue enviado a Fort Sill, Oklahoma. Se desempeñó muy bien en su primera etapa como soldado, se adaptó, hizo amigos enseguida, disfrutó su entrenamiento. Y luego llegó su primera misión.”

Chance volvió muy perturbado de ese primer período en Irak, aunque todos coinciden en que tuvo una actuación destacada. En cierto momento, ante el riesgo de que se hiciera daño a sí mismo fue puesto bajo cuidados preventivos y se le quitaron todas las municiones durante una semana. Luego de regresar de Irak, Chance rechazó una compensación extra de 27.000 dólares para que se volviera a alistar, y pidió traslado al Ejército de Reserva de EE.UU., esperando así evitar otra misión. Solicitó tratamiento y fue atendido por los servicios médicos del Departamento de Asuntos de Veteranos. Su padre, Gregg, me dijo: “Nos reunimos en familia y razonamos: ‘Obama va a ser nuestro próximo presidente, pondrá fin a esta guerra y no tendrás que volver.’” Pero al poco tiempo Chance recibió la orden de que debía presentarse nuevamente al servicio activo.

Como la legislación actual no permite que el servicio militar activo comunique los antecedentes psiquiátricos de quienes pasan a la reserva, los superiores de Chance no fueron alertados de sus problemas anteriores. En junio pasado, sintiéndose nuevamente abrumado, Chance envió un correo electrónico desesperado a sus padres en el que mencionaba la posibilidad de suicidio. Según recordó Jannett: “después de su muerte algunos de sus compañeros nos contaron que nadie lo había notado angustiado o mal. Sé que estaba durmiendo bien. Me dicen que la mañana del día en que murió estaba contento. Se lo escuchó cantar. La noche antes de su muerte yo hablé cuatro minutos con Chancellor. Y él, como siempre, se hizo el fuerte… Lo que sí me dijo esa noche fue que el día siguiente iba a ser una jornada muy difícil y larga. Casi no habló. Siempre que hablábamos me decía que me quería y se despedía antes de colgar. Esa vez simplemente colgó.”

Gregg cuenta que a la mañana siguiente Chance “se encerró en el baño y se pegó un tiro con su M-4. Sentimos un profundo dolor. Una carta no va a aliviar ese dolor–no podrá llenar nunca el vacío que sentimos por dentro-, pero el reconocimiento del presidente de que nuestro hijo dio su vida por defender a Estados Unidos significaría mucho para nosotros. Y creo que también sería importante para cientos, quizá miles, de familiares de víctimas de suicidio de estas guerras de Irak y Afganistán. Dicen que la tasa de suicidios entre militares ha superado por primera vez en la historia la tasa de suicidios en la población civil. Los problemas de salud mental son muy graves.”

El Pentágono admite que aumenta el número de suicidios en filas del ejército, alcanzando niveles críticos. La cifra de suicidios admitidos ha crecido sostenidamente, pasando de menos de 100 en 2005, según un informe, a casi 200 en 2008, con similar número de afectados entre los veteranos de Irak y los de Afganistán. Gregg Keesling afirmó que cuando fue con su mujer a la Base Aérea de Dover a recibir los restos de Chance, un sargento los alentó a que denunciaran lo que estaba pasando. “Casi no pasa un día sin que reciba el cuerpo de un soldado que se suicidó. Acá hay algo que no está bien”, les dijo.

Los Keesling agradecen el apoyo que les brindó el General de División Mark Graham, quien los ayudó a enfrentar su dolor e intentar superar el estigma que significa el suicidio en filas militares. Uno de los hijos de Graham se suicidó en 2003, cuando se entrenaba para ser cadete del ejército. Unos meses después, su otro hijo, que también se había alistado en el ejército, fue enviado a Irak y murió en un atentado al poco tiempo. Pero la organización “GI Rights Hotline”, una línea telefónica de ayuda que aconseja a soldados en actividad sobre alternativas para abandonar el servicio militar, afirma que un psicólogo puede ayudar a los soldados con tendencias suicidas a obtener una baja por razones médicas. Según esta organización: “Lo que al ejército le interesa saber es si el paciente puede cumplir sus funciones sin causar problemas, situaciones embarazosas o gastos. El bienestar del solado es algo bastante más secundario.”

Estados Unidos está enfrascado en dos ocupaciones militares masivas incontrolables, sin perspectiva de solución a la vista. Obama debería, sin duda, enviar cartas de pésame a los Keesling y a todos aquellos cuyos familiares encontraron en el suicidio la única forma de escapar del infierno de la guerra o el horror de sus secuelas. Pero la única manera en que Obama puede detener este río de sangre es retirándose inmediatamente de las guerras que heredó.

______

Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.

© 2009 Amy Goodman

Texto en inglés traducido por Laura Pérez Carrara y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman es la presentadora de “Democracy Now!”, un noticiero internacional diario de una hora que se emite en más de 550 emisoras de radio y televisión en inglés y en 200 emisoras en español. Es coautora del libro “Standing Up to the Madness: Ordinary Heroes in Extraordinary Times,” recientemente publicado en edición de bolsillo.

http://www.democracynow.org/es/blog/2009/10/29/los_psames_que_obama_no_envi
Imágenes tomadas de:
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www.rebelión.org

La metástasis de la crisis capitalista mundial


jueves 29 de octubre de 2009
La metástasis de la crisis capitalista mundial
Jorge Altamira

Especial para ARGENPRESS.info

La prensa financiera viene anunciando desde hace un tiempo “el fin de la crisis”. Las cifras que se anunciarán esta semana sobre el Producto Bruto de Estados Unidos deberán reconfortarla: un aumento de más del 3% en el trimestre de junio a septiembre. Mayor algarabía deberá producirle la noticia de que el alza viene acompañada de una disminución de los inventarios.

Este dato, que en principio es un síntoma de desconfianza en la sustentabilidad de la reactivación, significa que no fue necesario un aumento de la demanda de stocks. Sea como fuere, una golondrina no hace verano: una salida de la crisis requiere más de un trimestre de recuperación y un retorno a los niveles de actividad anteriores de la crisis. Para eso hay por delante un camino largo y por sobre todo incierto.

Todos los analistas coinciden en que el incremento de los últimos tres meses no es el resultado de un incremento de la demanda de consumo ni de inversión (“La medición núcleo –el gasto en bienes de capital no aplicados a la defensa ni a aviones– declinó entre julio y agosto, y está un 20% abajo respecto al año pasado” (FT, 25/10). La ‘recuperación’ es el producto del aumento enorme de los gastos del Estado y de las exenciones impositivas otorgadas al consumo por un período limitado, o de las facilidades concedidas, igualmente circunscriptas en el tiempo, para refinanciar deudas hipotecarias. Cuando hace dos meses venció la facilidad para canjear autos usados por nuevos, las ventas de la industria automotriz cayeron en picada.

Lo mismo podría volver a ocurrir. La dependencia de los gastos del Estado le ha hecho decir a un analista que se trata de una recuperación “con muletas”. Entre ellas, la más destacada es la tasa de interés: es de cero cuando se trata de adelantos a los bancos por parte de la Reserva Federal y del 2% en los préstamos a corto plazo. Para hablar de una salida efectiva de la recesión será necesario que la producción aumente en un mercado monetario y crediticio normalizado. Los gastos y subsidios del Estado han llevado el déficit fiscal norteamericano a cerca de dos billones de dólares y la deuda pública a catorce billones (equivalente al ciento por ciento del PBI). Por su lado, el balance de la Reserva Federal (emisión monetaria) subió de 0,3 billones a 2,1 billones desde el inicio de la bancarrota.

Un ciclo económico es un movimiento general que no se limita a los indicadores de la producción. Dos elementos fundamentales, el crédito y el empleo, continúan en amplia tendencia recesiva. A pesar de que la mayoría de los Estados ha incrementado sus balances monetarios, el crédito cae en todos ellos. Una analista norteamericana ha calculado esa caída en dos billones de dólares para Estados Unidos, en tanto que esa caída fue, en Gran Bretaña, muy superior aún en términos relativos... Gran Bretaña, precisamente, se apartó de la ‘recuperación’ que abarca a varios países, con una nueva caída del PBI; también en agosto se produjo una recaída en el volumen del comercio internacional. La mayor parte de la emisión monetaria está guardada en los bancos o ha sido desviada hacia la Bolsa, sea porque los bancos no quieren prestar o porque la industria no desea endeudarse. Como las reservas de los bancos son remuneradas por la Reserva Federal, la emisión les ofrece un beneficio directo y a la banca central una pérdida. En lugar de ‘recuperación’, algunos analistas se refieren, con mayor propiedad, a una “contención” del derrumbe. Después de todo, el otro dato fundamental, el empleo, sigue cayendo, mientras los desalojos de viviendas aumentan y la crisis hipotecaria se ha extendido a la propiedad comercial. En definitiva, la crisis capitalista se encuentra en pleno desarrollo. La recuperación de beneficios que ha anunciado un conjunto de corporaciones obedece fundamentalmente a una reducción de costos, especialmente laborales, de ningún modo a un incremento de ventas e ingresos. Esto significa también que se está produciendo una concentración de la producción. Aunque tanto el aumento de la tasa de ganancia como la concentración son premisas para una recuperación económica, por sí solas afectan todavía más negativamente al consumo y a la inversión.

Ninguna crisis capitalista puede desenvolverse en línea recta, pues es antes que nada un fenómeno regido por todas las contradicciones propias de la acumulación capitalista. Por eso, los datos del último trimestre no pueden ser considerados siquiera como un piso. De otro lado, la crisis presente se caracteriza, por sobre todo, por una bancarrota financiera generalizada. Pues bien, los balances de los bancos siguen sin sanearse y, por sobre todo, el derrumbe en el valor de sus activos (inversiones financieras y préstamos) no ha sido realizado en el mercado; las pérdidas que se han reconocido se limitan a un asiento contable. Por eso se sigue hablando de un sistema financiero ‘zombie’ –que sigue en pie pero no funciona. Los activos desvalorizados siguen contabilizados a los precios de adquisición original, no a los del mercado. Sin embargo, los bancos siguen pagando dividendos con la plata que recogen del Estado.

Los planes para que el Estado comprara los llamados ‘activos tóxicos’ y les fijara un precio de mercado han fracasado sin atenuantes; los banqueros no han querido rematar sus tenencias.

Para remediar a esta situación, los Estados les han provisto fondos para aumentar sus capitales o garantías para que emitan nuevas acciones y deudas. Esta política supone que una ‘recuperación’ podría revalorizar las tenencias de los bancos y reanudar, en forma indolora, sin la quiebra de bancos grandes, el proceso financiero que condujo a la bancarrota (aunque ya han quebrado más cien bancos en Estados Unidos, además de Bear and Sterns y Lehman Brothers, más otro numeroso grupo de bancos europeos y en el sudeste de Asia). Pero esto ha producido un nuevo ciclo especulativo en medio de la bancarrota (por ejemplo en las Bolsas), con el Estado bancando la especulación con emisiones de dinero y endeudamiento público. Para morigerar este proceso inevitable se habla de introducir nuevas regulaciones, pero ha sido la industria la que más se ha opuesto a ellas. Una parte no menor, como Boeing o Caterpillar, ha advertido que mayores regulaciones a las operaciones financieras perjudicarían sus negocios, que necesitan protegerse de los vaivenes de largo plazo. Es que, en definitiva, la desregulación financiera no es, en sí misma, una causal de la crisis, sino un derivado de la quiebra de los patrones monetarios internacionales, con su secuela de devaluaciones de las monedas y volatilidad de las tasas de interés y de los precios. Si los Estados y sus bancos centrales le sacaran a los bancos la alfombra de sus pies, se desplomarían como el Perito Moreno en verano o como las torres gemelas. Pero, precisamente, la crisis fiscal y su impacto sobre las divisas de los países más importantes deberán llevar a un desfallecimiento en la capacidad de salvataje del Estado y a la creación de una nueva crisis financiera en el marco de la bancarrota actual.

Como se puede apreciar, el desarrollo de la crisis y la intervención rescatista del Estado no es más que una metástasis progresiva que se desplaza por todo el cuerpo de la sociedad capitalista en la forma de una espiral, o sea desarrollando todas las contradicciones potenciales de la crisis.

China



Ya desde antes de la crisis asiática de 1997/98, China ha jugado un rol fundamental en la crisis capitalista. En realidad, históricamente hablando, la presente crisis está relacionada con el período abierto con la restauración capitalista en Rusia y en China. Las tendencias propias del capital financiero no se hubieran desarrollado como lo hicieron sin el reaseguro político de la ‘derrota del comunismo’ y sin la perspectiva económica de esos mercados gigantescos. Los que gastan sus pestañas escudriñando la evolución de la tasa de beneficio en Estados Unidos para descifrar la clave de esta crisis, debieran partir del mercado mundial y de las alteraciones históricas que ha sufrido. La restauración capitalista ha abierto perspectivas de explotación y ganancias en gran escala, mediante el remate generalizado de la propiedad estatal y la confiscación del patrimonio colectivo de obreros y campesinos. El propio Alan Greenspan explicó el boom de las Bolsas en la década 1987-97 por la disolución de la URSS (ver biografía de Bob Woodward). Pero por la misma razón ha acentuado la lucha capitalista por la supremacía económica entre los monopolios capitalistas.

China ha enfrentado la crisis con un ‘plan estímulo’ gigantesco: 600 mil millones de dólares, una suma similar a la de Estados Unidos, pero que equivale a casi el 20% del PBI chino (un 4.5% del PBI norteamericano). Además ha abierto la canilla de la emisión y del crédito, que ha crecido un 30% anual. Como ocurre en Estados Unidos, la mayor parte del subsidio financiero ha ido a la especulación inmobiliaria y bursátil, y la destinada a la industria o a la infraestructura ha aumentado la sobrecapacidad de producción prevaleciente. China también enfrenta las peripecias de un estallido financiero, solamente atenuado por su peso relativo menor en la economía.

La cuestión central, sin embargo, es que esta política acentúa el desequilibrio que ha llevado a la presente crisis, pues pretende mantener la maquinaria exportadora a todo precio, con la contrapartida de una acumulación impresionante de reservas monetarias. Pero ahora Estados Unidos no puede absorber la exportación china ni garantizar la intangibilidad de las reservas. Por eso existe una presión mundial para que China reequilibre el negocio mediante la revalorización de su moneda y el aumento de las importaciones. China, en cambio, ha pegado su divisa al dólar. Pero tampoco tiene alternativa, porque una revalorización llevaría a la quiebra a los exportadores, que en su mayoría ensamblan material importado, y haría crecer la deuda interna medida en dólares, con la consiguiente posibilidad de una cadena de incumplimientos. A pesar de que Japón y China han firmado acuerdos de apoyo recíproco frente a la crisis, el comercio ha sido duramente golpeado como consecuencia de la devaluación de China y de la revalorización de la moneda japonesa. En una palabra, para reequilibrar a la economía mundial y ofrecer una salida a la crisis norteamericana, China debería abrir su mercado interno a la producción extranjera, y en primer lugar su sistema financiero. China intenta avanzar por este camino, en especial mediante la aceleración de los procedimientos capitalistas en el campo, donde se está creando un mercado de tierras. Pero por esta misma razón, China necesita contar con un activo desarrollo industrial que capture la fuerza de trabajo que libera el campo. En definitiva, la bancarrota mundial confronta a China con todas las contradicciones desatadas por la restauración capitalista. La metástasis de la crisis amenaza con llevar a la restauración china a una crisis revolucionaria (o contrarrevolucionaria).

Europa




La devaluación conjunta de Estados Unidos y de China deja como el pato de la boda a Europa y a Japón, cuyas maquinarias exportadoras empiezan a crujir como consecuencia de la revalorización del euro y del yen. Japón ya ha tenido su crisis política con el hundimiento del partido democrático liberal y un giro de orientación. En Europa, la cosa es más grave debido al desarrollo desigual de sus integrantes. Es así que el impacto de la crisis en España e Italia es enorme; la famosa solidez de los bancos españoles ha demostrado ser un mito fabricado por una campaña de información mentirosa. Su sistema bancario se encuentra descapitalizado y con un elevado padrón de incobrables. La situación en Europa oriental y el Báltico es mucho peor: Letonia, Rumania y Ucrania se encuentran al borde del abismo; los analistas más reputados insisten en que los planes del FMI en la región no resisten la crisis política y la desesperación popular que han creado, y que sería inminente la devaluación de diferentes monedas, con un fuerte impacto sobre el euro.

El país que se encuentra relativamente peor es, sin embargo, Gran Bretaña, y esto por una razón muy simple: su principal industria es la ‘industria’ financiera. Su economía se ha contraído por un sexto trimestre consecutivo. “No se puede subestimar la gravedad de la crisis en Gran Bretaña –escribe el principal analista del Daily Telegraph. Estamos peor que en 1992 ó 1931”, con referencia a la fecha en que la economía británica tocó fondo en la Gran Depresión. “La caída de la libra puede desbocarse tan mal esta vez que acabe gatillando una corrida contra los títulos públicos. Pero hay riesgos hagamos lo que hagamos. Mi impresión –prosigue el columnista– es que el Banco de Inglaterra salvó al país de la depresión imprimiendo moneda sin medida e invitando a los mercados a vender la libra”. Aconseja, dado el nivel alcanzado por el deterioro monetario, dejar caer la libra todo lo que sea necesario, porque una contención de la caída llevaría a una enorme depresión. Para un ex director de la supervisión financiera inglesa, “los próximos seis meses van a ser muy delicados para el Reino Unido. Es claro que algo dramático tiene que ocurrir para controlar el gasto: ¿pero es la economía lo suficientemente robusta para sobrevivir a un apriete fiscal?”

En el contexto de la economía mundial, la descalificación de la libra pone en apuros al dólar, de un lado, y al euro, del otro. Gran Bretaña deberá decidir si se acopla a uno u otro, lo que pone fin a su soberanía monetaria, artificialmente mantenida por la especulación financiera internacional. Cualquiera sea el rumbo que adopte, llevará a la crisis mundial a una nueva etapa, sea dislocando a la Unión Europea, sea ayudando al hundimiento del dólar. La situación de Gran Bretaña es una descripción perfecta de la metástasis de la bancarrota capitalista.

“Quién ha visto un dólar”



En esta dialéctica de la crisis mundial, una recuperación norteamericana deberá operar como un factor de presión sobre Europa, Japón y, en especial, China. La devaluación del dólar es un arma del capital norteamericano para reafirmar su supremacía mundial haciendo uso de la crisis. Todas las maniobras o propuestas para desplazar la supremacía monetaria del dólar son funcionales a la política devaluatoria de Estados Unidos. Mediante la devaluación, Estados Unidos licua su deuda con el exterior. Al mismo tiempo, cuando sus acreedores insinúan un cambio en sus tenencias de reservas, le basta impulsar una suba de la tasa de interés para provocar un reflujo de capitales a su territorio y poner en jaque a las monedas rivales. La crisis mundial ha fortalecido la capacidad del capital norteamericano frente a sus rivales, aún más afectados por esta crisis y con menores recursos para hacerle frente.

En las últimas semanas, la reducida tasa de interés en Estados Unidos ha impulsado un repetido casino internacional, que consiste en sacar prestado en dólares para especular en países con rendimientos superiores. Es así que se ha producido una ola de revalorizaciones de las monedas de los países emergentes. Brasil, por ejemplo, ha recibido cinco veces más dinero en la Bolsa que en inversiones directas; en Argentina, la suba de la deuda pública ha sido escandalosa. Esto significa que estos países han quedado sometidos a los vaivenes del dólar, pues una revalorización de éste provocaría un retorno de capitales a Estados Unidos. La crisis mundial no ha atenuado las tendencias especulativas, como aseguran los partidarios de la intervención del Estado en los rescates, sino que la ha acentuado.

La cuestión fundamental de la crisis es, sin embargo, el destino de la restauración capitalista en China y Rusia (General Motors ya produce más autos en China que en Estados Unidos). La crisis presiona por el desmantelamiento de las estructuras estatales en estos países, para convertir a la restauración en curso en una colonización capitalista de escala superior. Japón y Europa van a recibir todos los golpes derivados de esta confrontación. El equilibrio interno de Estados Unidos solamente puede ser restablecido a costa de sus rivales y, en especial, de los nuevos mercados, gigantescos, abiertos por la restauración. En cualquier caso, Estados Unidos se convertirá con el tiempo en un centro de tormentas políticas: porque una cruzada de colonización de aquellos territorios irá acompañada por un reforzamiento del régimen de excepción y totalitarismo en Estado Unidos; y una crisis de esa cruzada deberá provocar la aparición de situaciones revolucionarias.

La comprensión de las leyes que sigue la bancarrota capitalista será una gran ayuda para la clase obrera, que ya se encuentra en lucha en diferentes países.

http://www.argenpress.info/2009/10/la-metastasis-de-la-crisis-capitalista.html

Mapas:

China :http://www.guiamundialdeviajes.com/a/main/8f350f44-1a25-476a-9457-1c431cc20c8b/316158AE-7933-11DB-BA83-F975770E4413/3C34A146-7933-11DB-9417-F3514D2DC697.gif

Europa: http://www.el-area.com/europa/Imagenes/mapa-europa.jpg

Imagen del dólar: http://farm1.static.flickr.com/18/24114890_4861192d5c.jpg

La nueva ofensiva contrarrevolucionaria contra Nicaragua




29-10-2009



La nueva ofensiva contrarrevolucionaria contra Nicaragua
Percy Francisco Alvarado Godoy

Rebelión

La reciente decisión de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de la República de Nicaragua que favorece a la reelección del actual mandatario Daniel Ortega Saavedra, ha sido el centro de un serio conflicto de intereses a nivel nacional e internacional que tiene, realmente como trasfondo, las intenciones de Estados Unidos y de sus aliados internacionales, así como de la oligarquía nicaragüense, de impedir que las fuerzas progresistas continúen gobernando en Nicaragua.

Este ataque, sin lugar a dudas, es parte de la estrategia contrarrevolucionaria internacional que se contrapone al avance de las fuerzas progresistas en América Latina, al desarrollo del ALBA como un proceso integracionista entre nuestros países, ajeno a la tutela hegemónica de Estados Unidos, y, particularmente, es la expresión de la resurrección de la obsoleta doctrina de la Seguridad Nacional norteamericana.

El martes 21 de octubre el mandatario nicaragüense destacó que la decisión de la CSJ era totalmente inapelable, en clara respuesta a las fuerzas ultra derechistas de su país que cuestionan dicho fallo, escudándose en las inconstitucionales reformas de 1995, las cuales prohíben la reelección presidencial. La CSJ aceptó un recurso de inconstitucionalidad contra las mismas.

En un discurso pronunciado por el presidente Daniel Ortega, el pasado día 19 de octubre, durante un acto celebrado en Chinandega, éste había defendido también la conveniencia de su reelección con vistas a poder dar cumplimiento a su programa de gobierno, que es “un “proyecto cristiano, solidario y socialista”.

La necesidad de su reelección en el 2011, a la que se opone obstinadamente la derecha, la expresó Ortega de la siguiente manera: “Este programa no se puede ejecutar en cinco años, ellos pasaron 16 años, impusieron su programa de capitalismo salvaje, y por eso con tanta más razón el pueblo tiene derecho a poder darle continuidad a un Gobierno que defienda y promueva la solidaridad”.

La continuación del mandato presidencial iniciado por Ortega el 10 de enero de 2007, y que transcurrirá hasta enero de 2012, en un nuevo mandato, se ha convertido en un requisito indispensable para lograr la solución de los acuciantes problemas que vive la nación nicaragüense, permeado de serios problemas estructurales y desigualdades sociales. Por ello, Ortega insistió: “La democracia no es aquella que beneficia solamente a unos pocos, a los ricos, a los capitalistas. La democracia tiene que beneficiar a todos, a los campesinos, a los pobres”.

Hoy se dio a conocer una maniobra desesperada de los partidos políticos de la oposición, Partido Liberal Constitucionalista (PLC), el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), la Bancada Democrática Nicaragüense (BDN) y la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), mediante la cual presentaron ante la secretaría de la Asamblea Nacional de Nicaragua un proyecto de ley para dejar sin efecto la Sentencia 504 de la CSJ, mediante la cual se permite la reelección de Daniel Ortega. Junto a esta legislación, pretenden introducir otro instrumento legal para anular los resultados de las elecciones municipales de noviembre de 2008.

Junto a la presentación del proyecto de ley mencionado, los diputados de la oposición torpedearon las sesiones de la Asamblea al no registrar su presencia previo a las sesión del órgano legislativo, el pasado 27 de octubre, evitando el quórum requerido para iniciar la sesión de trabajo que analizaría el Presupuesto General para el 2010 y el análisis de una reforma tributaria.

PARTICIPACION NORTEAMERICANA EN EL PLAN DESESTABILIZADOR

El 23 de octubre no se hizo esperar la respuesta de la administración Obama ante la decisión de la CSJ de Nicaragua, que en abierta intromisión en los asuntos internos de otra nación, declaró en la persona de Ian Kelly, portavoz del Departamento de Estado estadounidense, lo siguiente: “Compartimos la preocupación que tienen muchos nicaragüenses de que esta situación sigue una amplia pauta de comportamiento cuestionable e irregular del Gobierno (...) que amenaza con minar la base de la democracia de Nicaragua y pone en cuestión el compromiso del Gobierno de Nicaragua con la Carta Democrática Interamericana”.

Luego agregó: “Estamos muy preocupados por la manera como la Sala Constitucional de la Corte Suprema ha alcanzado esta decisión”.

No había sido, por supuesto, el primer ataque contra el gobierno de Daniel Ortega. El 19 de febrero de este año, el Presidente del Subcomité de Relaciones Exteriores del Congreso norteamericano para el Hemisferio Occidental, Eliot Engel, visitó a Nicaragua, en unión de otros congresistas, con la finalidad de intentar presionar al gobierno con la descongelación de la ayuda contenida en la Cuenta Reto del Milenio (CRM), si cambiaba su política nacional e internacional. Esta ayuda fue cerrada bajo la absurda acusación de que el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional había hecho fraude en las elecciones municipales de noviembre de 2008, privando a Nicaragua de la ayuda de la CRM y dejando sin acometer proyectos en León y Chinandega por un monto de 175 millones de dólares, de los que se han ejecutado 111 millones.

Estados Unidos, aliado estrechamente a varios países de la Unión Europea, han empleado las ayudas financieras a Nicaragua derivadas de la CRM, así como otras contribuciones procedentes de Europa, para chantajear al gobierno nicaragüense.

Aunque en las políticas de la administración Obama hay una prioridad no oculta hacia Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador y otras naciones, no es nada descartable que el Pentágono y la CIA estén detrás de los planes desestabilizadores contra el gobierno de Daniel Ortega, atendiendo a sus claras posiciones progresistas en la esfera internacional y a los cambios que ha realizado en el status quo interno de su país, en detrimento de los intereses de la oligarquía nacional.

EL PAPEL DE LA CONTRARREVOLUCION INTERNA

Los ataques contra la decisión de la Corte Suprema de Justicia en relación con la inconstitucionalidad del artículo 147, desató de inmediato múltiples reacciones: una menos enfebrecidas que otras, otras claramente más confabuladas con la búsqueda de un pretexto para ensayar en Nicaragua el experimento hondureño. Todas, sin embargo, centraron sus ataques en Daniel Ortega y la actividad de su gobierno, comprometidos ambos en favorecer a los pobres y en hacer desaparecer el predominio económico, político y social de los oligarcas.

Uno de los primeros en reaccionar fue el Presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, Leopoldo Brenes, quien señaló al canal 12 de televisión: “Analizamos el anuncio que había dado la sala constitucional de cambiar un artículo de la Constitución política y considero que es una situación muy triste dentro de la historia de nuestro país, pues nuestra Carta Magna es la única que rige a los poderes del Estado”.

No fue necesaria esconder su oposición, a la decisión de la CSJ, bajo el pretexto de evitar un derramamiento de sangre en Nicaragua, cuando en realidad se alineaba al reclamo casi histérico de otros sectores de la oligarquía tradicional.

Otros que se apresuraron en acusar a la CSJ con el sandinismo fueron los miembros del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), quienes le imputaron la usurpación de las funciones del Congreso de Nicaragua.

Por su parte, una coalición de partidos de derecha, liberales y seudo demócratas, así como un grupo de renegados de la izquierda, integrada por el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), la Bancada Democrática Nicaragüense (BDN), Alianza Liberal Nicaragüense (ALN) y el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), y varios diputados independientes, se sumaron a los ataques contra Ortega. Para esta agrupación, tradicionalmente confabulada en obstaculizar la acción del gobierno progresista, aunque nunca de forma mancomunada, se dio la ocasión para lanzar una fuerte campaña desinformativa y activar todos los resortes políticos para satanizar a la figura del mandatario, tal como lo han hecho con Chávez, Evo Morales y Rafael Correa en sus naciones respectivas.

La estrategia de los parlamentarios opositores está encaminada a lograr una mayoría simple que les permita oponerse a la decisión de la CSJ y a la reelección de Ortega, rememorando sus pasadas alianzas de noviembre de 2008 para acusar al sandinismo de fraude en las elecciones municipales y deteriorar la imagen de su gobierno a nivel internacional. A esta supuesta alianza en defensa de la democracia se sumó el corrupto ex presidente de Nicaragua, Arnoldo Alemán.

Otras organizaciones conservadoras, confabuladas contra Ortega desde el momento mismo de la toma de posesión del mandatario, como la Unión Ciudadana por la Democracia (UCD), el Movimiento por Nicaragua y la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (AMCHAM), también se alinearon contra la decisión de la CSJ.

Las críticas a Ortega y a la actividad del sandinismo en Nicaragua, alineó a figuras controvertidas como el ex canciller y diputado liberal opositor Francisco Aguirre, al ex candidato presidencial y legislador liberal disidente, Eduardo Montealegre y a los desertores de las filas sandinistas, los diputado Enrique Sáenz y Víctor Hugo Tinoco.

Toda la contrarrevolución interna en Nicaragua está ideológicamente vinculada a los sectores ultra conservadores de Estados Unidos, de varios países europeos y a la actividad oscura y subversiva de la CIA y el Mossad, de los que provienen gran parte de los fondos para el financiamiento de su actividad. Prueba de ello es que el Movimiento Renovador Sandinista recibe fondos provenientes de organizaciones demócratas europeas y de Estados Unidos, bajo la pantalla de ONGs.

OTROS ENEMIGOS EXTERNOS PARTICIPAN EN EL COMPLOT

Una de las maniobras dirigidas desde el extranjero y atizadas por representantes diplomáticos acreditados en Managua, fue la de fomentar el movimiento separatista de los indios miskitos, en una confabulación para sabotear las elecciones regionales de abril en el próximo año.

Los hechos violentos ocurridos Bilwi; Puerto Cabezas, fueron la expresión del intento de crear un foco de conflicto entre el gobierno sandinista y los miskitos. Este fue un pretexto de los enemigos del proceso revolucionario encaminado a sabotearlo y minar la base de apoyo del mismo.

La Fundación Friedrich Ebert, vinculada al partido alemán PSD, ha tenido un rol especial en las campañas desestabilizadoras dentro de Nicaragua. No son desconocidas sus presiones contra el gobierno sandinista y su abierta labor subversiva en apoyo a diversas organizaciones que sabotean el proceso transformador en ese país. La FFE, por medio de su vocera Valeska Hesse, ha logrado mediante la desinformación y diversas campañas mediáticas, que la Unión Europea haga drásticos recortes a la ayuda que ha ofrecido a Nicaragua. En este sentido, a raíz de la denuncia de un supuesto fraude sandinista en las elecciones municipales de noviembre de 2008, la FFE logró que países como Alemania y Suecia suspendieran la ayuda a Nicaragua.

No es ajeno que se emplee a la Fundación Friedrich Ebert como instrumento para la labor de zapa dentro de la juventud nicaragüense. Para ello, la misma ha instrumentado un supuesto Programa de Formación Social-Política de Jóvenes “Agentes de Cambio”, mediante el que se recluta a jóvenes entre los 18 a 28 años, “con potencial de liderazgo democrático e iniciativa personal, con interés en el mejoramiento del desempeño institucional, con sensibilidad social y en responsabilidad política”, según su IV Convocatoria a dicho programa en el 2008. Está claro, pues, que desde su sede en la OFIPLAZA El Retiro, Edificio No. 6, 2do piso, Suite 626, se ejecuta un programa de adoctrinamiento encaminado a formar a cuadros destinados a minar las bases jóvenes del sandinismo y a crear confusión sobre los programas del actual gobierno.

Los diplomáticos de la Unión Europea acreditados en Managua realizan reiterados actos de intromisión en la política interna de Nicaragua, como fue el caso de su participación en un encuentro con la ONG Ética y Transparencia, la que pretendió alterar el desarrollo de las elecciones municipales de noviembre de 2008, bajo las incitaciones y complicidad de la representación diplomática del gobierno noruego y de la CIA, esta vez mediante su tradicional pantalla conocida como la National Endowment for Democracy (NED), tan experimentada en sufragar a la contrarrevolución en Cuba, Venezuela y otros países progresistas.

Junto a los que niegan apoyo financiero a Nicaragua y apoyan a la subversión, se destacan también los representantes diplomáticos de Alemania, Canadá, Dinamarca, España, Finlandia, Gran Bretaña, Holanda, Japón, Taiwán, Noruega, Suecia, Suiza, la UE, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.

Hoy por hoy, decenas y casi cientos de estas ONG pululan en Nicaragua, tratando de interferir en el desarrollo político-social del país, contribuyendo a la desinformación y a la guerra ideológica contra el sandinismo, a la creación de confusión y a la venta de una imagen distorsionada ante la opinión pública internacional. Entre estas organizaciones, artífices de la creación de una supuesta y vasta oposición popular al gobierno de Ortega, se destacan la Unión Ciudadana por la Democracia (UCD), el Movimiento por Nicaragua (MPN), el Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (IEEPP), el Centro de Investigaciones de la Comunicación (Cinco), Probidad y la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH)”.

Todos estos maquiavélicos proyectos de seudo organizaciones responden al financiamiento de Estados Unidos e Israel, así como de naciones europeas como Alemana, Suecia, Noruega y otras. Una gran parte de la ayuda para su actividad proviene de la NED, del National Democratic Institute, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo, del Banco Interamericano de Desarrollo, el International Republican Institute,

Baste decir que solo las naciones europeas han financiado la actividad de esta quinta columna anti sandinista con cerca de 350 millones de dólares desde que Ortega ascendió a la presidencia.

No solo el gobierno sueco ha financiado la oposición y ha negado al gobierno de Nicaragua su prometido apoyo financiero, sino que ha estimulado a través de la prensa de su país una permanente campaña desinformativa y una guerra sin cuartel contra el sandinismo, como es el caso del periódico Sydsvenskan y su corresponsal Henrik Brandão Jönsson. A este diario sueco se ha sumado la agencia de noticias TT y otros medios de derecha.

Otro activo detractor de la labor de Ortega en Nicaragua, es el supuesto partido de izquierda sueco Vänsterpartiet, que navega en un rumbo controvertido que muchas veces le hacen bailotear indistintamente hacia el centro o a la derecha en temas de la política internacional.

Desde 2008, el Ministerio de Cooperación para el Desarrollo Internacional de Suecia, el Ministerio Federal de Colaboración Económica y Desarrollo de Alemania, así como otros organismos internacionales y países miembros de la UE han mantenido las falsas acusaciones sobre el supuesto fraude electoral de noviembre de ese año y la supresión de la personalidad jurídica a dos partidos hasta el 2012 por parte del Consejo Supremo Electoral: el Movimiento de Renovación Sandinista (MRS) y el Partido Conservador, quienes realmente violaron normas legales establecidas, según aclaró Roberto Rivas, el presidente del CSE. Estas acusaciones, junto a una “preocupación” por una supuesta persecución a las actividades de las ONG en Nicaragua, han servido de instrumento para cerrar la ayuda al gobierno de ese país.

De manera oculta, aunque no tenga embajada en Nicaragua, el gobierno de Israel trabaja tras bambalinas para sabotear la actividad del gobierno sandinista, sobre todo luego de su declarado apoyo a la causa del pueblo palestino y su acercamiento a Irán. Hoy los agentes sionistas del Mossad se esconden como asesores en el campo de la agricultura y la actividad empresarial. En otros casos, se escudan mediante la penetración en centros de estudios con vistas a buscar prospectos para una ulterior misión dentro del marco de su guerra ideológica contra las fuerzas progresistas de la región. Llama la atención, en este sentido, el concurso que desarrolla Israel en Costa Rica y Nicaragua, denominado Conozca a Israel, el que solo en Nicaragua involucró a más de un centenar de jóvenes. Detrás de este inocente concurso, se encuentra el interés del Mossad de buscar futuros agentes para su actividad. En esta labor se destacan Enrique Rimbaud, presidente de la Asociación de ex becarios de Israel en Nicaragua, Arturo Vaughan, cónsul honorario de Israel en Nicaragua y Ehud Eitam, embajador de Israel con sede en Costa Rica.

Un rol destacado en los ataques contra Nicaragua lo han tenido también el Interamerican Institute for Democracy, el Diálogo Interamericano y el Council of Hispanic Affairs, quienes han hecho convocatorias a gobiernos y otras organizaciones para lanzar una serie de tenebrosas campañas desestabilizadoras en lo interno para Nicaragua y de ataques ideológicos a nivel internacional.

ACTIVIDAD MEDIATICA CONTRA NICARAGUA

La actividad mediática con vistas a desestabilizar a un gobierno no es algo novedoso, ya que países como Venezuela, Bolivia, Ecuador, e incluso la administración de Obama, la están padeciendo con diversos grados de intensidad. El gobierno sandinista de Daniel Ortega no escapa tampoco a estas campañas en que la prensa, aliada a los sectores de derecha, se pone al servicio de la más incruenta guerra ideológica. Sabido es que la mayoría de los medios de comunicación son propiedad de personas que responden a los intereses de la oligarquía, como son los casos de El Nuevo Diario, La Prensa, Trinchera y Nicaragüita.

Uno de estos periódicos, La Prensa de Managua, encomendó una encuesta, a la empresa M&R Consultores, con vistas a crear un adverso estado de opinión contra la reelección del presidente Daniel Ortega. Según los encuestadores, un 68,3 % de las personas entrevistadas se oponen a la decisión de la CJS en este sentido.

El dudoso manejo de los resultados es una clara maniobra dentro de la guerra mediática desarrollada contra Ortega, a la que se han sumado también los medios de comunicación de Estados Unidos y de los países desarrollados, con el fin de satanizarlo. El diario español El País ha sido uno de los más fervientes detractores del gobierno nicaragüense en los últimos meses, al extremo que ha publicado un artículo mensual con fuertes acusaciones al mandatario y alterando las cifras concernientes a los resultados económicos y sociales de su gobierno.

Otro periódico, el Diario de Las Américas, de Miami, se ha convertido en vocero de los grupos contrarrevolucionarios radicados en esa ciudad, los que se han vinculado a los extremistas de origen cubano y venezolano, para lanzar diatribas contra los gobiernos del ALBA.

La campaña mediática contra Daniel Ortega tuvo un sello particular con las declaraciones de Gioconda Belli, escritora y ex militante del FSLN, quien lanzó contra el mandatario ridículas acusaciones en las que lo compara al ex rey de Francia, Luis XIV.

En Miami, convertida para desdicha de sus ciudadanos, en capital de la contrarrevolución y el extremismo internacional, se ha desarrollado una fuerte e histérica alharaca contra el gobierno sandinista. Hace unos días se constituyó allí la Unión Nicaragüense Americana, a imagen de la tenebrosa FNCA, con la finalidad de “hacer todas las gestiones pertinentes de oposición para que Ortega respete la Constitución Política de Nicaragua que prohíbe su reelección”.

Pretendiendo realizar una fuerte labor de lobby dentro del Congreso sus integrantes, pertenecientes todos a la Asociación de Periodistas Nicaragüenses, al Partido Conservador, al Partido Liberal Constitucionalista, al Partido Liberal Independiente, al Movimiento Renovador Sandinista y a Vamos con Eduardo, entre otras organizaciones, pretenden apoyarse en la base contrarrevolucionarias de terroristas de origen cubano y venezolano residentes en esa ciudad floridana, así como en los representantes ultraderechistas Ileana Ros Lehtinen y los hermanos Díaz Balart.

Otro grupúsculo de derecha radicado en Miami, la Sociedad Nicaragüense Americana de Periodistas (NAJS) se sumó al corrillo de protestas anti gubernamentales. En su caso, sus posiciones reaccionarias quedaron evidenciadas cuando reclamaron la ayuda de los EE UU para: “(…) tomar nota de este nuevo abuso del FSLN, que en su afán de perpetuarse en el poder e imponer el llamado Socialismo XXI del presidente venezolano, Coronel Hugo Chávez, altera el orden constitucional y lesiona elementales derechos de los nicaragüenses, con incalculables consecuencias regionales”.

Buscando alianzas con la extrema derecha en el Congreso norteamericano, la NAJS envió una carta a la congresista Ileana Ros-Lethinen, para que ésta mediara ante el presidente Barack Obama: “Solicitamos que continúe alertando al Congreso norteamericano, sobre los graves peligros que viven Nicaragua y la región bajo el Gobierno de Daniel Ortega, y que se urja al presidente Barack Obama poner atención a los riesgos que esto implica”.

Papel destacado dentro de la base de la contrarrevolución anti nicaragüense en el exterior desde la década de los 80, lo ha desempeñado la Fuerza Nicaragüense de Tarea Cívica, a la que han revivido para acrecentar su ofensiva contra Daniel Ortega. Dirigida tradicionalmente por adinerados, tal como ocurre con la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), la FNTC responde incondicionalmente a la extrema derecha de EE UU y a la oligarquía nicaragüense, Baste destacar que uno de sus líderes, Orozco, es actualmente el vicepresidente del Terra Bank y fue tesorero, a la par que administrador, de la Gran Convención de Nicaragüenses en el Exterior durante el 2006.

La NCTF ha creado un premio denominado Nicarao Award para consentir a figuras como el congresista Mario Díaz-Balart y al corrupto comisionado de Miami-Dade, Joe Martínez.

La confabulación de la NCTF con la contrarrevolución venezolana se puso de manifiesto en un acto celebrado el pasado 23 de mayo de 2009, cuando el ex alcalde golpista venezolano Alexis Ortiz participó, en Miami, en el Fórum Libertad de Expresión y Derechos Humanos en Latinoamérica, bajo el auspicio de la Fuerza de Tarea Cívica Nicaragüense y por El Diario La Prensa. Allí declaró Ortiz: “(…) por no atender a tiempo y sin ambages lo que sucedía en Cuba, ahora en Venezuela sufrimos la misma pesadilla que los cubanos”.

LA ULTRADERECHA REPUBLICANA Y LA MAFIA ANTICUBANA CONTRA NICARAGUA

Está más que probada la participación de los representantes de la ultraderecha norteamericana Ileana Ros-Lethinen y los hermanos Mario y Lincoln Díaz-Balart, en todas las campañas contra Cuba, Venezuela, el ALBA y todo aquello que represente un paso de avance de las izquierdas en América Latina y el mundo. Su agresividad contra Nicaragua tampoco ha sido negada.

El 11 de diciembre de 2008, estos benefactores de terroristas pidieron a la entonces Secretaria de Estado Condoleezza Rice, la total suspensión de la ayuda que recibía Nicaragua a través del DR-CAFTA y por la Cuenta del Reto del Milenio. Los argumentos esgrimidos en la misiva a Rice, hablan por sí solos: "Le escribimos respetuosamente para solicitarle que continúe sobre Nicaragua la suspensión del desembolso del programa de asistencia Cuenta Reto del Milenio (CRM) y que se tomen las acciones necesarias para suspenderle a Nicaragua los beneficios del Tratado de Libre Comercio con Centroamérica y República Dominicana".

El 4 de diciembre de 2005 se produjo un encuentro entre el congresista de ultraderecha Mario Díaz-Balart con (un) nicaragüenses en Miami, en el que hizo un llamado a enfrentar a Cuba y Venezuela, así como contra todos aquellos que amenacen la democracia en la América Latina.

Los grupos nicaragüenses que se oponen al sandinismo usan los mismos espacios de protesta que sus congéneres de la mafia anticubana de Miami, en la Pequeña Habana y, particularmente, el espacio ubicado frente al restaurante Versalles, donde no hace mucho los intolerantes de Vigilia Mambisa quemaron los discos del cantante colombiano Juanes.

Hoy no sorprende para nada ver a los recalcitrantes contrarrevolucionarios nicaragüenses marchar por las calles de Miami, capitaneados por Elio Aponte, desfilar contra Cuba, Chávez, Ortega, Evo, Correa y el ALBA, en unión de los escuálidos de ERVEX y de los terroristas de origen cubano integrados a Unidad Cubana, MAR por Cuba, Alpha 66, Vigilia Mambisa, la Junta Patriótica Cubana, Congreso Nacional Cubano, la Asociación UMAP y Cuba Independiente y Democrática.

No cabe la menor duda que la ofensiva anti nicaragüense es parte de una vasta operación contrarrevolucionaria en América Latina, dirigida contra Cuba, Venezuela y el resto de los países del ALBA. Nicaragua puede ser la antesala de Honduras.

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.


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